Sobre la Ley de responsabilidad y mala práctica médica en Ecuador
Sr. Presidente
Soy Médico-Traumatologo. Y quiero aclarar que primero fui médico por vocación desde niño. Hace tres años y un poco más recibí una carta del entonces Director General del IESS quien a nombre suyo me agradecía por la labor patriótica y humanitaria brindada a los heridos que acudieron al hospital Carlos Andrade Marín quienes fueron atendidos en forma oportuna y profesional en la noche del 30 de septiembre de 2010.
Esa noche mi esposa no quería que la deje sola, tenía miedo. Esa noche mi hija me pidió que no vaya por que era peligroso. Pero fui, y no estaba de turno, es más nadie me pidió que vaya. Pero mi vocación me impulsaba. Y al asegurarme que mi esposa e hijos estaban seguros, acudí al hospital donde aprendí este maravilloso arte. Yo, al igual que muchos colegas pusimos un grano de arena para solventar las emergencias suscitadas por aquel combate entre ecuatorianos. Recuerdo que en la misma sala de urgencias había un policía, un militar y un partidario de alianza país. El policía tenía heridas que estaban siendo suturadas por mis colegas, el militar subió urgente a quirófano por un trauma por arma de fuego que le ocasionó un trauma en el tórax, mientras yo valoraba un paciente de su partido (alianza país) que había luchado por usted a quien una bomba lacrimógena lo golpeó en la pierna ocasionando una fractura expuesta. Esa misma noche lo operé. Mientras lo hacía observaba cómo fuera de quirófano las enfermeras corrían para ver insumos o buscando algo… El joven militar fallecía en el quirófano contiguo por su trauma de tórax.
Yo, modestia aparte, salvé la pierna de su partidario.
Y ahora me pregunto Sr. Presidente si esto se repitiera, aquellos médicos extranjeros vendrían y solventarían una catástrofe de igual o peor magnitud? Y si lo hicieran, lo harían con el mismo sentimiento nacionalista o con los mismos conocimientos o quizás mejores? Es más, con la nueva ley, ahora dudo si yo mismo acudiría nuevamente por temor a no poder salvar una vida, o al hecho de no poder salvar una pierna lesionada.
Y usted me llama desleal y se refiere a mi como un ente manipulado por mi gremio? No Sr. Presidente, a mi nadie me manipula y soy leal a mi país, a mis principios y a mi vocación. Si estoy dispuesto a renunciar a mi labor para cual me he preparado por 14 años es por el temor de ser enjuiciado por personas corruptas que buscarán la manera de sacar partido de esta nueva ley que usted defiende.
Le solicito revea su actitud, queremos trabajar en paz, queremos hacer bien las cosas, queremos contar con los materiales e insumos necesarios para hacer nuestra labor, queremos que nuestros hijos crezcan felices en un país que les brinde seguridad en todos los ámbitos. De esa manera me gustaría ver su agradecimiento.
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